miércoles, 22 de septiembre de 2010

TODOS SOMOS ALGO DE ESTO

He llegado a la conclusión que la gente que me gusta y respeto es la que anda olvidando amores.
Pero hay tres tipos de esta misma categoría.
Existe uno que es el trabajador, a decir de un compañero periodista “el minerito del amor” (esa definición me parece brillante) se trata del trabajador, es incansable. Incluso en algún momento fui uno de esos y ella dijo “nunca te vas a cansar” y “no” le dije yo, y volvió.
Porque una de las principales características que tiene es el esfuerzo constante. El trabajador del amor lo primero que sabe es que puede perder, pero aun así sigue adelante.
Lo primero que conoce es la perdida. Sabe perfectamente que: entregar rosas, llevar o disfrazarse de mariachi, es un camino que hay que recorrer en lo seguro, ya que es un lugar del que no se vuelve. Ese riesgo es solo de valientes. Solamente un heroico luchador del amor puede llevar flores a una ex novia pidiendo que vuelva.
Esa clase de personas juega las cartas hasta el último sufrimiento. Lo primero que hace es asegurarse de ciertas cosas como por ejemplo, que su ex no esté con nadie más y si está quien es. Ante el último escenario existen una serie de posibilidades que no importan ahora.
Lo otro que debe hacer es colocar un pasacalle o escribir un grafitti en la calle. Es importante que sea en la calle y no en una pared. Hay que recordar que el pasacalles lo arrancan de un tirón y lo que se escribe es más difícil de borrar, e incluso se puede volver a insistir con otra escritura.
Es necesario decir que escribir en la calle genera algo imprescindible y es que si ella está con otro, ese otro se entera de la acción de reconquista. El trabajador del amor sabe un secreto y es que “NINGUNA EX NOVIA SE OLVIDA DE UN DIA PARA OTRO” o sea, podrá estar con cualquiera, pero el amor de semanas atrás, está siempre caminando de la mano. Está en el luchador saber cómo profundizar en ese amor.
Otra cosa importante y esto es para las mujeres, el mejor momento para estar con un trabajador de los sentimientos, es cuando comienza con la tarea, o sea usted se deja con su ex y resulta que ese tipo es de andar persiguiendo posibilidades detrás suyo, espere unos días más, a las dos semanas tiene que escribirle algo en la calle y si lo hace, ahí vuelva, porque ese es el momento. Si espera mucho tiempo más los trabajadores del amor, comienzan a olvidar y hacen el trabajo por una cuestión de compromiso, después que terminan ya ni siquiera se acuerdan porque estaban detrás suyo. Tenga cuidado y sepa volver a tiempo o calle para siempre.
SEGUNDO:
La otra clase de ex, es el que más me llama la atención a pesar que también he sido de esos. Es el muchacho superado que acepta que todo se terminó. En esa clase de gente hay que desconfiar. Lo primero que se tiene que preguntar usted es “me quiso en algún momento, me amó este hombre o esta mujer”. Si de un día para otro todo se termina y su ex anda por ahí como si nada, usted también haga lo mismo. INDEFERENCIA. Esa clase de gente, de la cual repito también fui parte, es como sin contenido, una cosa que anda ahí y bueno estuvo con vos pero…en realidad nada, ahora acepta que estés con otro o con otra, esa gente mejor perderla de un día para otro. La ventaja es que si usted ya tiene algo más entre manos, ese o esa “ex” ya no estorbará. Mi calificación para esa gente es un 2.
TERCERO:
Tercer rasgo de la personalidad y actitud de un ex. Se trata del más digno de todos quizás. Es el que mantiene en silencio una ilusión. Es el que juega con los tiempos. Sabe al igual que el primero que “UNA EX NO SE OLVIDA DE UN DIA PARA OTRO” por eso espera y también es indiferente. Pero es una personalidad tan particular que ya da por perdida la batalla, pero sabe que está vivo y puede hacer una guerra mayor. Este último tiene siempre una carta debajo de la manga. Además tiene otra característica. Escribe. Sabe que uno de los mejores actos de catarsis es la escritura. Eso le permite no morir de la angustia y de la impaciencia y la nostalgia y la incertidumbre. Pero guarda un toque muy personal, tiene la maldad a flor de piel. En cualquier momento se aparece con un nuevo amor y mejor que el de antes. Destrucción total. Sabe lo que ha hecho, así que se queda parado y espera la reacción. Dio vuelta la jugada, ahora el problema de reconquista la tiene la otra persona. Técnicamente brillante pero muy arriesgado. Regla primera: UN AMOR NUEVO DEBE DE SER SIEMPRE MEJOR QUE EL ANTERIOR. En caso de no ser así igual se puede jugar con otra estrategia, es hacer pensar al otro “que tendrá que anda con ese o esa y no quiere volver conmigo” también es un arma de destrucción masiva. Eso hace arrodillar al adversario y preguntar “¿porque él o esa y no yo?” y ahí decimos “¿querés que te explique?” y arrancamos a leerle todo el libro de quejas de la relación que tuvimos. Y se la tiene que soportar.
Este tercer tipo de personaje me llama la atención es muy difícil de lograr, pero está ahí cada noche al asecho porque sabe que la presa anda dando vueltas por ahí.
Ahora he entrado en el cuarto grupo. El que me parece que es el mejor de todos, una especie de etiqueta negra del amor, ESPERO UN MILAGRO. Los que esperan un milagro están ahí, sabiendo que de un momento a otro la vida te sorprende. Cuando menos lo esperas, llega.
La ventaja de los que esperan un milagro, es que están buscando a la última de sus vidas. Esa será la persona más importante. La última. Primeros o primeras puede ser cualquier persona, ahora última o último en la vida de alguien es lo más difícil, casi un milagro.